La alegría de cocinar en familia
por Roberto_LRC · Publicada · Actualizado
La alegría
de Cocinar en familia
Primera parte
La cocina es uno de los espacios por excelencia donde la familia se reúne en torno a los alimentos y aunque existan bellos espacios en la casa para disfrutar de una rica comida, todo lo que sucede en la cocina jamás se podrá sustituir por otro espacio en el hogar.
Darle la oportunidad a las y los niños de entrar al fantástico mundo de la cocina es una excelente oportunidad para generar vínculos afectivos que perdurarán por siempre y al mismo tiempo desarrollarán conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes favorables que les permitirán coexistir de forma autónoma en el mundo del que son parte.
Cocinar en familia les permitirá:
- Desarrollar vínculos afectivos positivos entre los integrantes de la familia, es decir, cuando se incluyen a las y los más pequeños de la familia de manera intencionada en el acto de cocinar, les estás otorgando confianza, reconocimiento, tiempo y valor.
- Observar y comprender causas y efectos. La cocina es el mejor laboratorio donde el cocinero más experimentado siempre podrá descubrir un nuevo proceso, por lo tanto, guiar a las y los niños a observar con todos sus sentidos los procesos químicos y físicos de la preparación de alimentos, les abrirá un panorama infinito de posibilidades para adentrarse a las distintas disciplinas de la ciencia. Recuerda tener precauciones en el uso de sustancia, utensilios o situaciones que pongan en riesgo las y los niños.
- Tener espacios de conversación. En muchas ocasiones la rutina de la vida cotidiana nos hace olvidarnos del gran valor que tiene la comunicación en la vida familiar. Los espacios para cocinar en familia abren la posibilidad de concentrarse en distintas acciones motrices y sensoriales, pero también en conversaciones ricas en charlas de nuestro día a día, de historias de nuestro pasado, planes, emociones y experiencias.
- Acercarse a la escritura y la lectura. Investigar y leer recetas, comprenderlas, seguir los pasos e interpretar cantidades ayudará a conocer cómo y para qué se escribe en un recetario. Escribir un recetario familiar permitirá a todas y todos los integrantes de la familia tener un tesoro escrito e ilustrando en conjunto, pueden aprovechar para hacer notas que les permitan recordar el momento que vivieron al cocinar.
- Lograr nuevas habilidades lingüísticas ya que en la cocina se explican procedimientos, se describen las características de los mejores o peores ingredientes, se narran las historias de donde surge la receta o quién la cocinaba.
- Adquirir la habilidad de planificar, lo que puede ser una gran oportunidad para que las y los niños se adentren a libros de recetas, tutoriales, así como el uso consciente de la tecnología al investigar acerca de ingredientes que no conocen y observar sus fotografías y conocer otras formas de nombrarles desde sus contextos familiares o comunitarios.
- Favorecer habilidades del pensamiento matemático. Toda receta implica usar habilidades como la clasificación, seriación, conteo, reconocimiento de los números al reconocer la cantidad de ingredientes, medición de capacidades, peso, tiempo y longitud.
- Practicar la creatividad. Algunas ocasiones no están a nuestro alcance los ingredientes para una receta, y cuando modelas para las y los niños la toma de decisiones al cambiar un ingrediente por otro y al final obtener un delicioso resultado, les estás mostrando que pueden ser creativos y resolver problemas.
- Reconocer el error como la oportunidad para aprender. A toda chef o cocinero se la quemado un platillo o simplemente no le resultó como esperaba; las y los niños necesitan experimentar, equivocarse o tener aciertos para aprender, así que ten paciencia y visualiza y permíteles visualizar el error como una oportunidad para aprender. Recuerda que los retos en la cocina deben ser acorde a la edad de las y los niños que participarán, guíales y modela para que tú seas su referencia.
- Otorga la oportunidad de degustar y aprender a consumir nuevos alimentos que de otra forma pueden resultar difíciles de consumir o aburridos, principalmente en las y los más pequeños. Imaginen, creen personajes o paisajes, conviértanse en hechiceros, brujas, ogros o dinosaurios que lo comen todo. Con la comida también se puede jugar.
- Adquirir hábitos positivos de higiene y sana alimentación. Los hábitos necesitan ser modelados y practicados; comer y cocinar permitirán a las y los niños comprender que hay acciones necesarias para tener una vida saludable y que debemos ser responsables de nuestro propio cuerpo, aunque a veces nos podemos dar un dulce regalo al preparar un postre.
Anímate a cocinar con tu familia y guiar a las y los niños que la integran, seguro tendrás experiencias que perdurarán por siempre.
Texto por Josué Abiel del Real Cruz.
Edición por Roberto Ortega.
Imágenes de tomadas del banco de imágenes de Freepics